John Griswold (Toronto, Canada) 

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Muy pocos entienden por qué un bateador de .306 de por vida en 11 años de LVBP como Gregor Blanco, apenas cosecha .255 de average global en cinco zafras de Grandes Ligas. Sin embargo, el veloz jardinero mirandino sí parece ser consciente de sus problemas a lo largo de este tiempo en el circuito élite, pues quizá ahí esté la clave de su buen inicio de 2013. 

“No había sido yo mismo. En los otros años trataba de hacer lo que hacían los demás y no lo que siempre he hecho en Venezuela”, reflexiona Blanco, al mismo tiempo que agrega sobre su presente: “estoy siendo el de siempre. El que busca embasarse tocando la bola o llevándola hacia la banda contraria si la situación lo pide”. 

“El Tiburón” no solo le ha ganado la batalla al puertorriqueño Andrés Torres en la titularidad del bosque izquierdo de Gigantes de San Francisco.  El .289 de average en 40 juegos muestra claramente la confianza tomada, en buena medida gracias a la tarea del dirigente Bruce Bochy. 

“El manager y los coaches de esta organización me han brindado un respaldo importante. Ellos me viven diciendo que cuentan conmigo, que conocen mi potencial y tratan de que me ajuste a las circunstancias como toda mi vida he hecho en Venezuela y en Ligas Menores. Siento que voy por buen camino”. 

Se apoya en sus compatriotas

Pablo Sandoval, Marco Scutaro, Guillermo Quiroz y José Mijares completan la actual delegación venezolana de los flamantes campeones de la Serie Mundial, convirtiéndose en una visible camaraderia dentro del clubhouse, factor que beneficia a Blanco. 

“Que Pablo Sandoval, el líder de la organización campeona de Grandes Ligas, esté contigo día a día, es un respaldo que significa mucho para mí. No importa que él sea menor que yo. Se comporta como la estrella de este equipo que es. Y poder compartir como hermano con él a diario, igual que con un hombre como Marco (Scutaro) te ayuda a salir de los malos momentos. Eso fue pilar para mí la temporada pasada y en esta también, ya que las cosas me están saliendo bien y ellos siguen pendiente de los ajustes, sobre todo mentales, que debo seguir haciendo”, culmina. 

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